La Gomera es, definitivamente, una isla en medio del Atlántico, arisco o amable según las mareas. Con una longitud de costa de 90 kilómetros, una docena de pequeñas playas de arena volcánica se esconden entre grandes acantilados y pequeños puertos, que comenzaron siendo pesqueros para acabar abriéndose a un turismo que busca disfrutar del paisaje. Espectacular es el conjunto conocido cono Los Órganos: columnas de lava volcánica sobre el mar. En Hermigua, fue sin embargo la mano del hombre la que dejó a la imaginación el origen y el destino final del Pescante. Desde La Gomera puede observarse, mediante excursiones regladas, una gran variedad de cetáceos que han elegido las aguas canarias como su hábitat. Su estudio y avistamiento respetuoso se han convertido en uno de los principales atractivos de la isla.

Las localizaciones marítimas en La Gomera tienen como punto de apoyo la estupenda logística de sus dos puertos principales: San Sebastián, en la capital de la isla y Vueltas, en Valle Gran Rey. Las seis conexiones diarias de catamaranes con gran capacidad de carga serán de gran ayuda para los equipos de producción. Cerca de ambos, multitud de alojamientos turísticos y el Parador Nacional de la Isla en San Sebastián son infraestructuras a tener en cuenta. También, cerca del Aeropuerto, en el municipio de Alajeró, se encuentra el Hotel Jardín Tecina, con su campo de golf anexo, un magnífico cuatro estrellas ideal para acoger a un gran número de visitantes.